Hoy os traigo un receta tradicional, de las de toda la vida. Un pollo al ajillo con la diferencia de que en lugar de vino blanco, como acostumbro, le he echado vino moscatel y ha quedado delicioso, le da un punto diferente muy bueno.
Poner a freír con abundante aceite el pollo cortado en trozos no muy grandes, para que se haga bien y unos cuantos dientes de ajos, dar vueltas para que se dore por todos los lados hasta que veamos que está hecho. Retirar parte del aceite y añadir una copa de vino moscatel o cualquier otro vino dulce y dejar hasta que se vea el pollo caramelizado.
Servir caliente y ya está.
A disfrutar.
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